Pachecos con derecho

«Come fly with me»

 


I was gonna clean my room until I got high
I was gonna get up and find the broom but then I got high
My room is still messed up and I know why
'Cause I got high”

Afroman
«Because I Got High».

La decisión de la Suprema Corte para abrir la discusión sobre el uso lúdico de la mariguana marca uno de esos momentos de transformación( verdadera, no como la que nos ha querido vender un presidente electo que es 'más de lo mismo') tanto institucional como social, en esta sociedad que poco a poco está experimentando cambios, no estructurales, pero si de forma para realizar las cosas.

Hoy en día, la mayoría del público mexicano, --incluido el pueblo bueno-- se ha manifestado en contra del consumo legal de la mariguana, pero eso podría cambiar. Esto puede variar de acuerdo a las maneras ( obvio de las nuevas autoridades y sus líderes) e incluso la explicación de los criterios que la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Por eso, es útil dejar documentadas las actitudes de los mexicanos que, sobre el tema, han registrado hasta ahora las encuestas. Éste es un corte de caja. Es de suma importancia poder conocer, por medio de mecanismos con credibilidad científica (encuesta bien realizada e interpretada), la temperatura de la gente y la medida en que la población conoce bien los mecanismos legales para poder obtener la protección de la justicia de la unión con respecto a nuestro derecho.

Para mí hay una pregunta que es clave:
¿Estamos preparados para asumir, como sociedad racional, pensante, sabia y buena, esta responsabilidad?
¿Sabemos que no esta abierta al público la venta de droga?
¿Sabemos que libertades y restricciones nos ha dado esta sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación?

Para mí hay una premisa fundamental que es parte de todo esto:
¿Por qué la gente se droga?

El consumo de drogas normalmente origina la aparición de muchas enfermedades y patologías que redundan en la conformación del tejido social, donde el abuso de las mismas, puede causar infinidad de problemas orgánicos y mentales, tales como hepatitis, cáncer de médula ósea, cirrosis, transtornos cardiovasculares, depresión, paranoia, psicosis, daño psicomotriz, ceguera, sordera y para acabarla de rematar hasta el llamado «Síndrome de muerte súbita».

En promedio, dentro de la esfera de lo público, en el mundo, se estima que cada 15 días muere una celebridad por sobredosis de algún tipo de droga, en especial las químicas. En practicamente todas las ciudades, podemos observar a indigentes que pasan su tiempo drogándose, obteniendo una apariencia de muertos vivientes que ya quisieran los de alguna serie de televisión o de película del Santo.

Es por estas razones que surge el cuestionamiento: ¿Por qué la gente se droga?

Uno de los órganos más valiosos del cuerpo humano es el cerebro, ¿por qué ponerlo en peligro con el uso de cualquier droga?

¿Cuál es la necesidad de arriesgar la estabilidad psicológica y el adecuado funcionamiento del sistema nervioso central, con el fin de sentirse «inteligente, buena onda, intelectual, cool » con una duración de 10 minutos, por ejemplo, con la cocaína?

¿Cuál es la necesidad de sentirse el más ducho en todo unas cuantas horas, si al día siguiente se regresa a ser la miseria de siempre? Un ser inseguro, acomplejado, miedoso, huraño, lento, triste, tonto... Solo para acabarla de rematar.

¿Hay una necesidad de inflar la autoestima de esa manera artificial?

No creo en el hecho de que, con el consumo de Hongos, tachas, aceites, champis, chocohongos, ayahuasca, DMT, sunshine, purple haze, mota, pastillas para bajar de peso con la consecuencia de los efectos psicotrópicos, justifique la 'necesidad' de querer volar hasta el inifinito y más allá ( donde quieran que sea) .

Hay perspectivas encontradas. Puede haber un consumo regulado de manera legal, como la resolución de la SCJN, por ejemplo, para la marihuana, pero para las demás cosas que mencionamos, aún esta el vacío jurídico, sanitario, psicológico, antropológico y cultural.

Somos una sociedad que probamos tantito algo e inmediatamente vamos al atascón.

Ese es uno de los problemas cuando hemos cambiado los paradigmas de la sociedad y poco a poco vamos incurriendo en los excesos.

Tomando en cuenta estos aspectos, sigue más vigente la pregunta:
¿Por qué la gente se droga?
 Hay una serie de pretextos obvios, o somos muy inteligentes o todo lo contrario, porque estamos muy dañados de nuestras cabecitas, dicen las teorías que nos drogamos que porque sufrimos de ansiedad y depresión.

Todo ello conjugado por desequilibrios emocionales propios de la condición humana, por eso es que terminamos drogándonos, ya sea con alcohol, tabaco, café, azúcar, marihuana, heroina, crack, piedra, cricko, solventes, televisión o de plano internet.


 ¿En México podremos asumir la perspectiva de «Pachecos con derechos»?
¿Realmente somos una sociedad madura para dar el siguiente paso y poder liberar la comercialización, venta y distribución de estupefacientes, comenzando obvio por la marihuana?

¿La gente se droga para ver a Dios?
Porque dentro de la serie de preguntas que se les ha hecho a pachecos, es una de las visiones más importantes que manifiestan, pero también quién no nos dice que quieren ver al diablo.

¿Para qué huimos de la realidad con drogas?, en este México de surrealismos, donde la piel es tan delgada, donde todos nos ofendemos de lo que piensa el vecino, donde la «nueva democracia» se nubla la mente cuando las revistas que supuestamente eran aliadas se rebelan.

Viene un nuevo debate en el Congreso de la Unión, donde se debe de hacer las modificaciones pertinentes a la legislación mexicana para poder hacer acordes nuestras leyes a los criterios de la corte, es preciso mencionar que al momento de que este opinador esta escribiendo esto, hay una iniciativa para crear el Instituto de la Marihuana; habrá que revisar, en caso de que este sea creado, las condiciones en que va a operar y todo lo concerniente a su creación.

Pero bueno, vamos a drogarnos un rato, con azúcar, droga legal, pero al fin y al cabo, droga.

Pachecos del mundo, Uníos¡¡¡



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José Alberto Guerrero Baena



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